MARZO
Cuaresma (perdón): una vida sin perdón no es
nada. Estará cargada de rencores, rencillas, desconfianza... En definitiva, de
agujeros que sólo el perdón puede rellenar.
Perdonar reconforta al que lo hace
por generosidad y al que lo recibe por su arrepentimiento.
Si todos
perdonásemos más y apelásemos menos a nuestro orgullo las cosas serían mucho
más sencillas.